Introducción.
Capítulo 1. Necesidad Estructura y primacía de la pregunta por el ser.
§ 1-4

En este primer capítulo Heidegger argumenta la necesidad de volver a hacer la pregunta por el ser, así como la primacía ontológica de esta pregunta.

§1. Necesidad de una repetición de la pregunta por el ser. 


La pregunta por el ser que fue el tema de los primeros filósofos ha caído hoy en el olvido. Esto es así porque los resultados a los que llegaron Platón y Aristóteles acerca del ser se han mantenido, con retoques, hasta la lógica de Hegel. En Ser y tiempo, Heidegger nos dice que esta pregunta ha caído en el olvido, aunque «el Heidegger tardío tenderá cada vez más a caracterizar la pregunta por el ser como una pregunta que el pensamiento occidental no ha planteado […], de forma que este descuido de la pregunta por el ser se ha acabado convirtiendo en la rúbrica de la ontología tradicional» [1]. Heidegger nos dice entonces que, respecto de esta pregunta se mantienen ciertos prejuicios acerca del ser que han impedidola pregunta histórica acerca de su sentido. Estos prejuícios son fundamentalmente tres: (1) Que el Ser es lo más universal y por tanto está exento de discusión. (2) Que el Ser es indefinible y no cabe plantearlo dentro de una pregunta.  (3) Y que  el Ser es un concepto evidente por sí mismo. 

Pero la cuestión que plantea Heidegger por qué es necesario recuperar esta pregunta. Y contesta que «el hecho de que vivamos ya siempre en una comprensión del ser y que el sentido del ser esté a la vez velado en la oscuridad, prueba la necesidad fundamental de reiterar la pregunta por el sentido del “ser» (St §1).  Grodin alega contra esta argumentación que no es suficiente [2] , pues eso mismo le pasa a muchos otros conceptos y no consideramos que sea fundamental plantear esta pregunta (aunque tampoco haya por qué evitarla). Tal vez por eso Heidegger fundamentará de otra forma el por qué de este problema centrándose en la «irrechazabilidad para el  Dasein del cuidado por el ser» . En el parágrafo §3 este cuidado aparece como un elemento trascendental, por lo que es imposible para el  Dasein esquivar esta pregunta: el hombre es el ente que cuida del ser, que se ocupa de él, que está en una precomprensión de él que determina su propio ser, como si «ser hombre» significase “tener una precomprensión del ser”, estar a su cuidado, ocupado en él. Incluso cuando el  Dasein elude esta pregunta, eso mismo es ya un modo de estar ocupándose de la cuestión. «Dasein quiere decir por tanto también para Heidegger, estar colocado ante esta pregunta, aunque se la esquive» [3].

§2. La estructura formal de la pregunta por el ser. 

    En este parágrafo Heidegger parece comportarse como un filósofo analítico que trata de elucidar el significado del concepto «ser». Para argumentar la necesidad de la pregunta Heidegger dirige la investigación a la forma que tiene todo preguntar. En toda pregunta hay que distinguir qué se pregunta (lo puesto en cuestión), a quién se pregunta y lo preguntado (aquello que se pretende saber).
En principio Heidegger nos dice que se está preguntando por el Ser. Este ser es el «ser del ente» con lo que el primer paso filosófico en la comprensión del problema consiste en no confundir el ser con un ente (diferencia ontológica). El ser exige un modo propio de ser mostrado que se distinga del descubrimiento del ente. El Ser es el ser del ente, pero no es el ente. Aquí está ya planteado uno de los temas fundamentales de la filosofía heideggeriana, incluso antes de la problemática del  Dasein, la Diferencia Ontológica (que será una cuestión central en los escritos que siguen a SyT). Esta diferencia apunta a la idea de que el ser no se deja concebir del modo de la conceptualidad que se ajusta a los entes. En este sentido Heidegger no dejó de ensayar a lo largo de su filosofía un modo de acceder o plantear de forma suficiente la cuestión del ser, ya fuera a través de la poesía o a través del silencio [Podría decirse que el problema de Heidegger está ya planteado en Hegel, puesto que es el problema del metalenguaje, cómo encontrar un lenguaje que sea capaz de hablar del ser, un lenguaje del lenguaje. Hegel identifica el ser con el absoluto y entonces piensa que ese lenguaje es el propio despliegue del absoluto que se reconoce a sí mismo en el espíritu. Heidegger ensayará otras opciones]
    Pronto Heidegger dirige la pregunta por el ser a un ente específico, el hombre, el  Dasein. ¿Por qué? Porque el ser por el que preguntamos está “ahí” y ese “ahí” del ser es precisamente el hombre. Por eso para elucidar la pregunta por el ser Heidegger da un aparente viraje antropológico y se interroga por el hombre, el cual es el “ahí del ser”. La pregunta es ¿de qué modo está el ser “ahí”? Heidegger responde señalando que estamos ya desde siempre en una comprensión del ser, aunque no podamos fijar conceptualmente lo que es. Si lo que interrogamos es el ser, en esta pregunta ya debe estar de alguna manera a nuestra disposición el esbozo de una respuesta. Esto significa que el ser se nos da como un “ahí”, como un modo de comprenderlo, que es precisamente lo que Heidegger quiere elucidar al interrogar al hombre. Se trata, por tanto, de aclarar conceptualmente lo que en principio se nos da de forma vaga. Pero hay que señalar una cosa: aunque la pregunta de partida es la pregunta por el ser, el viraje antropológico heideggeriano hay que comprenderlo como el intento de esclarecer de qué modo se nos da el ser a los hombres, de qué modo lo comprendemos, no lo que es el ser «en sí». Puede que por esta razón SyT sea un texto fracasado ya que intenta comprender qué es el ser a partir del modo de comprenderlo desde un ente y esto arroja un resultado imposible.
Llamamos "ente" a muchas cosas: «es todo aquello de lo que hablamos, lo que mentamos, aquello con respecto a lo cual nos comportamos de esta o aquella manera, lo que nosotros mismos somos y el modo en como lo somos». Elaborar la pregunta por el ser significa hacer que un ente, el que pregunta, se vuelva transparente en su ser, ya que el planteamiento de la pregunta, que es un modo de ser de el ente que se pregunta, está esencialmente determinada por aquello por lo que se pregunta, el ser. Así que el planteamiento de la pregunta exige la previa clarificación del ente que pregunta. Caemos, por tanto, en un círculo vicioso: para elucidar lo que sea el ser debemos elucidar el ser de un ente, pero para elucidar el ser de un ente, debemos aclarar primero lo que sea el ser. Aparentemente hay aquí un círculo vicioso, pero es sólo aparente puesto que un ente puede determinarse en su ser sin tener aún una noción explícita de ser; de lo contrario no existiría ningún tipo de conocimiento ontológico. Debe haber siempre una previa comprensión mediana del ser en la que nos movemos desde un principio. Pero esta presunción del ser no es, de ninguna manera, un primer principio indemostrable del que derivarían deductivamente una serie de proposiciones.
    Las ciencias todas se limitan a examinar una región del ente, pero no el ser, todas parten también de una precomprensión dada del ser. La pregunta por el ser apunta, por consiguiente, a determinar las condiciones a priori de posibilidad no sólo de las ciencias que investigan el ente en tanto tal o cual, y que por ende se mueven ya siempre en una comprensión del ser, sino que ella apunta también a determinar la condición de posibilidad de las ontologías mismas que anteceden a las ciencias ónticas y las fundan.

§3. La primacía ontológica de la pregunta por el ser. 

Aquí trata de argumentar Heidegger acerca de la primacía ontológica de la pregunta por el ser, que debe ser previa a cualquier investigación de alguna región de un ente concreto. ¿Por qué? Porque la investigación de distintas regiones del ente (se refiere a regiones como la historia, la naturaleza, el espacio, la vida, el  Dasein), se fundamentan en una precomprensión previa, ya dada de lo que sea el “ser”, que está en la base de la elaboración de los conceptos fundamentales de estas ciencias: «La elaboración de las estructuras fundamentales de cada región ya ha sido, en cierto modo, realizada por la experiencia e interpretación precientíficas del dominio de ser xv que define la región esencial misma». Y Heidegger añade un poco más adelante que «Conceptos fundamentales son aquellas determinaciones en que la región esencial a la que pertenecen todos los objetos temáticos de una ciencia logra su comprensión preliminar, que servirá de guía a toda investigación positiva. Estos conceptos reciben, pues, su genuina justificación xvii y “fundamentación” únicamente a través de la previa investigación de la región esencial misma».
Heidegger se presenta como un filósofo trascendental establece la primacía ontológica de la pregunta por el ser «por vía de una reducción a estadios más elementales de la pregunta: antes de las ciencias ónticas están las ontologías que las fundan, las cuales han de ser elaboradas por la filosofía como lógica productiva, y antes de estas está la pregunta todavía más fundamental por el sentido del ser en donde se precisa nuevamente que se trata de una precomprensión conceptual» . O lo que es lo mismo, antes de las investigaciones de las ciencias hay un elemento trascendental que es el hecho de que el  Dasein cuida del ser, tiene una precomprensión dada.
    Esta idea del parágrafo §3 plantea un problema: y es que la pregunta por el sentido del ser debe ser anterior al análisis del  Dasein, que sería ya la investigación de una región del ente. Wilhem von Herrmann ha intentado solucionar esta cuestión señalando que Heidegger habría reconocido la imposibilidad de una investigación del ser previa a la analítica del  Dasein, dado que el sentido del ser sólo se deja entrever a partir del análisis de un ente concreto, el  Dasein. Cabe preguntarse por qué ha de ser esta región ( Dasein) el modo de abordaje de la cuestión del ser y no es posible hacerlo desde cualquiera de las regiones, dado que en todas ellas hay de hecho una precomprensión del ser. Por ejemplo, ¿por qué no hacer como ha señalado Oñate, una Ontología Estética y partir del análisis del espacio y el tiempo? Pareciera cómo si el Heidegger posterior, en textos como Consruir habitar pensar o La pregunta por la técnica abordase esta reflexión partiendo de entes distintos que no son el  Dasein. Si comprendemos que el abordaje del ser puede tener muchas maneras de plantearse, entonces se pone un poco en entredicho la idea heideggeriana de que ha habido en la filosofía un Olvido del Ser. Bien puede, por ejemplo, comprenderse toda la filosofía moderna como una elaboración de la cuestión partiendo de la interrogación de otra región del ente que sería en este caso la del sujeto. Esto en Hegel es particularmente revelador pues sí que hay una tematización expresa de la pregunta por el ser, partiendo del análisis de la subjetividad, la conciencia que revelaría que este análisis conduce inevitablemente a la cuestión del absoluto. 
Y hay otra relación que puede hacerse, y es que mientras que Heidegger plantea la primacía ontológica de la cuestión del ser (primero habría que esclarecer los conceptos fundamentales relativos al ser para luego encarar otras ontologías regionales), constatando la imposibilidad de este abordaje y la necesidad de comenzar siempre por el ente. Hegel (y también el psicoanálisis) en cambio es consciente de la necesidad de empezar siempre por el ente, a partir del cual es posible, más adelante, la elaboración de esta ciencia del ser, que sería propiamente la lógica.

§4. La primacía óntica de la pregunta por el ser.

El  Dasein es un ente peculiar dado que no es meramente un ente. Es ontológico; esto significa que su ser consiste en tener una relación peculiar con su ser: la comprensión (el cuidado). El  Dasein se comprende en su ser siempre de alguna manera y con algún grado de explicitación. El  Dasein está siempre siendo en la forma de una comprensión del ser. Este ser respecto del cual el  Dasein adopta un comportamiento Heidegger lo denomina existencia. El  Dasein se comprende a sí mismo desde su existencia (desde su comprensión del ser. Existencia es igual a comprensión del ser). Heidegger también entiende esta existencia como un conjunto de posibilidades; comprenderse a sí mismo de una determinada manera equivaldría a asumir un conjunto de posibilidades (lo que antes ha llamado un comportamiento). Pero puede ocurrir que estas posibilidades hayan sido escogidas, haya ido a parar en ellas, o ha crecido desde siempre en ellas. Esta existencia, comprensión de sí mismo, que sirve de guía Heidegger la llama existentiva.
-------------------------------------------------------------------
[1] Jean Grondin, La destrucción hermenéutico-fenomenológica de la pregunta por el ser. En “Ser y Tiempo, de Martin Heidegger, un comentario fenomenológico, Ramón Rodriguez (ed), (Madrid: Teknos 2015) pag 17
[2] Ibid 19
[3] Ibid 21

3 comentarios:

  1. Muy buen comienzo, Edu. Quería, sin embargo, hacer referencia a tu centrarte en el problema del ser sin nombrar el tiempo. Supongo que será una elipsis deliberada que sigue el planteamiento de la cuestión por parte del mismo Heidegger, que no señala en estas primeras páginas la problemática de la temporeidad (o como sea) del ser más que ocasionalmente. Hay algo que me plantea un enigma en la primera página, donde sí se refiere al tiempo: H. habla que sólo podrá preguntarse productivamente acerca del ser iluminando su relación fundamental con el tiempo. Además, a eso apunta el mismo título de la obra, con lo que parece que establece como horizonte de la pregunta por el ser su plena inmersión en el "y" copulativo: no preguntaremos realmente por el ser hasta el momento en que no preguntemos, al unísono, por el tiempo, es decir, por su condición temporal. Pues bien, no obstante esto, lo enigmático del comienzo es que Heidegger tacha, en cierta manera, esta pretensión, afirmando que no es más que un objetivo "provisional". Cito: "La interpretación del tiempo co,mo horizonte de posibilidad para toda comprensión del ser en general, es su meta provisional". Yo debo de ser muy burro, pero no entiendo este "provisional": ?Cuál es el objeto DEFINITIVO O ÚLTIMO de Ser y tiempo?

    ResponderEliminar
  2. Creo que das en el clavo Borja. Ser y tiempo es en sí, desde mi punto de vista, una obra provisional. Heidegger se propone, como bien apuntas, recuperar la pregunta griega por el Ser y superar así la deriva moderna que se ha centrado en la cuestión del conocimiento del ser, esto es, el tema de la subjetividad. Y está persuadido de que este preguntar sólo puede hacerse partiendo de la temporalidad, que no se puede partir de una concepción "a priori" del ser, sino que hay que ir al modo a cómo el Ser se nos da, y este dársenos es siempre temporal. No obstante es consciente de que este darse del ser, su temporalidad, no es el ser como tal, y así lo pone de manifiesto ya con una de sus ideas centrales (ya a lo largo de toda su filosofía), la diferencia ontológica, la idea de que no es lo mismo el ser, que lo dado, el ente. Así que, mi postura es que en realidad Heidegger no termina de abandonar una posición trascendental, pero ya pasada por la fenomenología huserliana: se trata de eludidar el ser a partir del modo en cómo éste se muestra al hombre de manera temporal, a fin de tratar de esclarecer qué es el ser como tal. A mi modo de ver este es uno de los puntos centrales de toda la filosofía contemporánea y que Heidegger lo plantea en toda su plenitud: ¿cómo pensar un fundamento en la época del nihilismo?¿Cómo pensar el ser a partir de la temporalidad? Heidegger va a rechazar que este "pensar" consista en identificarlo, sin más, con un ente (que es lo que hace la metafísica, según sus análisis posteriores), es decir, pensarlo desde el punto de vista de una de las dimensiones temporales, el presente, y tratará de pensar este fundamento (grund) como abismo (abgrund)
    PD: Porfa, para facilitar el trabajo, cuando cites a Heidegger pon entre paréntesis la página. Entiendo que los dos usamos la Edición de Trotta

    ResponderEliminar
  3. De acuerdo, Edu, la paǵina de mi cita es la 21

    ResponderEliminar